Me dedico a la fotografía desde hace más de 25 años. En un comienzo no era mi principal fuente de ingresos, pero al pasar el tiempo fui dejando otras actividades, hasta dedicarme por completo a trabajar con mi cámara.
Fue en el año 1999 que un cliente me solicitó una fotografía aérea de su Planta Industrial. Había volado ya varias veces, pero no específicamente para obtener tomas aéreas. La verdad es que desde ese instante me ha parecido una experiencia cada vez más apasionante. Poder observar desde el cielo la huella de los hombres en la tierra y las diferentes geografías y paisajes de nuestro país.

Es siempre una sorpresa. Uno planifica los vuelos, pero los resultados no siempre son los que uno espera. A veces son mejores, otras, debemos repetir los vuelos hasta obtener lo que buscamos. De repente la naturaleza nos regala por unos minutos una vista magnífica. La luz correcta, el color, las condiciones que hacen posible el vuelo y llegamos con un resultado espléndido.